 El mítico Bar 'La Espiga' del centro de la ciudad vuelve a abrir sus puertas tras las obras realizadas en el edificio y en el local. Este establecimiento que se inauguró en 1928 es uno de los más conocidos de la ciudad por la calidad de sus pintxos.
Al frente se encuentra la tercera generación. Gente joven y dinámica que siguen los criterios del buen hacer de sus antecesores. Muchos donostiarras, sobre todo los de nuestra generación, recordamos a José Mari en la esquina de barra cerca de la cocina. A Julián en el centro de la barra gritando 'Oido cocina, media de chorreras'. A Pepe en el otro extremo dominando su espacio con gran profesionalidad.
La obra ha sido importante. La barra ha cambiado de espacio y ha ganado en dimensión. La decoración muy cuidada, entre Sert y Chillida y con la calidez de las maderas del país. Todo ha cambiado, pero el domingo estaban los mismos de siempre.
Zorionak a Garbiñe y a todos los Castro. |
