La imagen de este popular personaje, que falleció en el año 2003, ha vuelto a las calles donostiarras, esta vez, de la mano de la pintora tolosarra Txitxi Orbegozo.
En la fachada de la Casa Aranzabal se ha colocado el dibujo realizado en un policarbonato que ha sido fijado junto a la puerta de entrada. El cariño de los donostiarras está quedando patente por el gran número de ellos que se acercan para fotografiarse con él.
Hace unos años el Colegio Mayor Olaran le dedicó una estatua en su entrada, pasando a formar parte de los personajes populares que reciben a quien se acerca al colegio.
El popular músico callejero Santiago Hernández Redondo, Txantxillo, se hizo muy popular en nuestras calles porque siempre iba con la boina negra calada hasta las orejas, unos viejos pantalones y el abrigo raído, sujeto con ayuda de un cinturón, montones de bolsas y su inseparable xilófono.
Tocaba su repertorio por la Parte Vieja donostiarra y solía pedir "una pesetita" a quien se acercaba a escucharle. Fue un personaje entrañable que se fue como vivió sin molestar a nadie. |
