Y como no podía ser de otra manera las colas que se formaron para conseguir las entradas fueron notables. Desde altas horas de la madrugada había personas en la puerta del Teatro Principal.
La organización de este Festival, siempre sensible con su incondicional público, tomó los nombres, a primera hora de la mañana, de los que estaban en la cola y les aseguró dos abonos por persona.
Pero no quedó ahí la cosa, sino que les repartió chocolate y bollos.
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