 La Real Sociedad lo tiene dificil porque cada nuevo partido es una final. Su situación en la tabla así lo exige y ello complica el tema porque a la dificultad de puntuar en campo ajeno, se añade la ansiedad de la necesidad de hacerlo.
Bakero decía el otro día que, «sigo creyendo en lo que hacemos, pero los jugadores tienen que poner en el campo lo que hablamos en Zubieta y reivindicarse sobre el terreno de juego».
Y apuntaba a la necesidad de que los veteranos tomen las riendas, «necesito que, en determinados momentos, aporten más: cuando el partido requiere ser interpretado han de saber cuándo hay que hacer faltas, cuándo hay que subir el ritmo... Si las cosas se tuercen o el rival se muestra superior, además, deben dar soporte al grupo».
Demasiada cosas para un grupo que no ve que las funcionan. Esperemos que mañana todo esto se vea reflejado en el campo, sino el agujero empezará a tomar dimensiones más que preocupantes. |
