Hay una fiesta que los donostiarras viven por encima de cualquier otra, la del 20 enero, el día de San Sebastián. Es una fiesta entrañable en que miles de personas se dedican durante 24 horas a tocar el tambor con los acordes de Sarriegui.
Cerca de 20.000 donostiarras, entre adultos y niños, participan en las 98 tamborradas y en el desfile infantil, con lo que se puede asegurar que no hay una sola hora en que no resuenen los tambores en algún punto de la ciudad.
El protagonismo de la fiesta recae en los 4.540 niños de 45 centros escolares que desfilan en la tamborrada infantil encuadrados en 52 compañías. Y también en la entrega del Tambor de oro, a aquella persona, no residente en San Sebastián, que por su trabajo y su entrega en favor de la ciudad se hace merecedor de dicho galardón.
En la presente edición el mismo ha recaido en Pedro Abrego, propietario del Asador Donostiarra en Madrid, auténtico Cónsul de la ciudad. Muchas han sido las muestras de cariño que ha recibido de estamentos tan diferentes como Gaztelubide, el Orfeón donostiarra, la Real Sociedad, y un largo etec., que demuestran que la elección ha sido muy acertada.
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