Mientras resuenan las voces en contra del Osasuna, que dicho sea de paso no tiene ninguna culpa y no hicieron más que lo que debían, el técnico realista y los jugadores son los únicos que se aferran a las matemáticas.
Quedan seis puntos por disputarse y la distancia que deben recortar es de cuatro, o lo que es lo mismo: en el momento que ganen Betis y Athletic de Bilbao un partido, todo se habrá acabado para la Real, independientemente de que venza al Racing y al Valencia en las dos últimas jornadas de Liga.
Lotina animaba a su equipo a seguir soñando pero sus voces no encuentran eco en el entorno realista ni en la mayoría de medios de prensa que han comenzado a exigir, en muchos casos, una reunión urgente de los accionistas del club sin demorar hasta julio la toma de decisiones.
Visto lo de ayer, nos quedamos con un comentario de la prensa de hoy que plasma con claridad meridiana lo que sucedió ayer en el campo del Osasuna:
" La Real Sociedad, sin polémica ni reclamaciones de deudas históricas, sin fuerzas, sin ataque, sin portero y sin defensa, perdía un partido al que había llegado pensando que se lo iba a llevar de calle, al menos algunos aficionados. Osasuna venció porque era el rival de la jornada, pero el cuadro donostiarra podía haber caído humillado contra cualquiera: amigos, enemigos, juveniles... Ayer, haber amañado una derrota no sólo habría sido un tongo de Osasuna, sino también un imposible ".
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