José Tomás ha cortado tres orejas en el quinto festejo de la Semana Grande de San Sebastián, después de dos buenas faenas, incluso controvertidas y no exentas de polémica por el modo de ser premiadas. El presidente ha sido fuertemente abroncado después de no conceder el segundo trofeo tras la lidia del segundo un animal justo de presencia, que sin repetir, ha resultado manejable.
Ha sufrido una feísima voltereta en un quite por chicuelinas y luego en el último tercio ha estructurado un trasteo con más profundidad que ligazón seguida prácticamente en pie por los espectadores.
|