Una buena combinación de glamour y buen cine han sido la fórmula que ha hecho de esta edición del Festival de cine de San Sebastián una de las más redondas que se han celebrado.
Mikel Olaciregui así lo expresaba al hacer balance de la 55 edición, 'nunca se ha dicho que el glamour no hacía falta, lo que sí está claro es que la pieza esencial es el cine y si las estrellas lo acompañan, mejor. Pero que el glamour desplace al cine es pernicioso'.
En cifras el Festival ha sido un rotundo éxito. 200.000 espectadores en una ciudad que no llega a los 200.000 habitantes. 2.000 representantes de la industria y 1.200 periodistas acreditados.
El mayor problema con el que tiene que competir el Festival donostiarra es que se celebra tras los de Berlín, Cannes o Venecia. Olaciregui ve además que 'es algo muy complejo, no sólo por los otros festivales próximos en el tiempo, sino por la cantidad de películas estrenadas'.
Sin embargo, en esta edición la combinación de glamour y cine , en su justa medida, ha dado un magnífico resultado. La calidad del cine ha sido buena. Practicamente todas las películas han sacado buena nota. Los artistas han estado a la altura. El público se ha entregado sin reserva. Y la organizaión ha rayado la perfección.
Zorionak!
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