 Cuando aún resonaban los acordes de Sarriegui en la tamborrada donostiarra, el calendario del 2008 ha querido que llegaran los caldereros con tanta celeridad.
Así, ayer las calles donostiarras se llenaban de sartenes, martillos, pañuelos de colores. No faltaba ni un solo detalle.
En Gros, a las seis de la tarde las doscientas personas que componen la comparsa salieron del instituto Barandiarán rumbo a la calle Segundo Izpizua, para tras su recorrido habitual llegar al campamento en el Chofre.
En la Parte Vieja, a las 10 de la noche todas las tribus estaban listas para recorrer las calles de lo viejo y acampar en la Plaza de la Constitución.
Pero en esta desenfrenada sucesión de festejos no podía faltar hoy por la mañana la comparsa de Artzaiak e Iñudes. Kresala, como todos los años, ha salido a las 12 de su sede.
La comparsa está integrada por dantzaris, tamborreros y personajes de la época. Desde el año 1973 la escenificación de esta fiesta corre a cargo de Kresala. El momento más esperado por el público asistente al acto es cuando la nodriza lanza "el niño" al cielo. |
