Ingredientes 1 Rodaja de bonito de algo más
de un kilo.
3 dientes de ajo.
2 cayenas.
1 Vaso de aceite de oliva virgen.
Mucha sidra para que pase bien.
La Preparación No debe usarse sal hasta el
momento de servir, porque los cristales rompen la carne y
por ahí se sale el jugo.Se puede adobar con una pasta
hecha con ajo y perejil, siempre da algo de saborcillo, pero
la gracia final viene con el aceite.
Se debe asar a fuego alegre (sin que las llamas toquen la
carne, por supuesto) procurando no manipular apenas la pieza
, y cuando ya se considere que una cara está tostada,
se da la vuelta y se hace por la otra.Una vez así se
deja reposar una media hora con el calor justo para que no
se enfríe, pero sin que siga cociéndose.
Mientras tanto, en una sartén ponemos a freír
unos ajos cortados en rodajas, con buen aceite de oliva y
un par de guindillas rojas (según les vaya el picante
a los comensales).
Cuando estén bien doraditos, se retira la sartén
del fuego y si todavía no está la gente en la
mesa, se dejan reposar tal cual, y al momento de comer, se
vuelven a calentar.
Recuerda Una vez que el pescado haya
reposado, se vuelve a arrimar al fuego para que coja calor,
se espolvorea con un poco de sal, y se rocía generosamente
con vinagre.
Calentamos también el aceite con los ajitos, y la bandeja
donde vamos a servirlo, y ya solo falta colocar la rodaja,
y rociarla con el aceite, para que llegue brillante y espléndida
a la mesa.
En ese breve trayecto, el bonito habrá soltado un poco
de su juguillo, y el vinagre que quedaba por la superficie
se habrá mezclado con el sofrito de ajitos, haciendo
ellos solitos una de las mas sabrosas salsas que puedan existir.