Itinerario Para abrir bien los ojos Para descubrir la otra Donostia
Para los que dispongan de mas tiempo Para los mas andarines

5• La calle 31 de agosto
Una superviviente. San Sebastián estaba tomada por el ejército francés cuando, el 31 de agosto de 1813, tropas anglo-portuguesas entraron a liberarla. Sin embargo, los supuestos libertadores acabaron saqueando e incendiando la ciudad. Sólo las iglesias de San Vicente y Santa María y algunas casas de esta calle que las une se mantuvieron en pie. Por eso, cada 31 de agosto, sus balcones se iluminan con velas que recuerdan aquel incendio y la firme voluntad de los donostiarras de reconstruir la ciudad arrasada.

Entre en la plaza de la Trinidad, un espacio para la práctica de deportes autóctonos que en julio se mueve a los sones del Festival de Jazz.
D• Basílica de Santa María del Coro
Aunque su origen es anterior, data del siglo XVIII y tiene elementos góticos, churriguerescos y neoclásicos. El santo Sebastián está presente por partida doble, en una escultura de la fachada y en un lienzo de Boccia en el altar, que preside la Virgen del Coro, patrona de la ciudad. Dice la leyenda que la pequeña figura de la Virgen morena se hallaba en el coro de la iglesia y que un religioso, cansado de subir para venerarla, quiso llevársela a su casa ocultándola bajo la sotana. Al acercarse a la puerta, se quedó inmovilizado, sin poder salir. A raíz del hecho se colocaría la imagen en el altar mayor. El 14 de agosto, la basílica ha de dejar abiertas sus puertas ante la avalancha de fieles que acude al tradicional acto de la Salve, en el que canta el Orfeón Donostiarra.

Pase al interior de la basílica y salude a la Virgen del Coro.
6• Gaztelubide
Subiendo por las escaleras del atrio de Santa María y antes de asomarse sobre el Puerto, pasará ante Gaztelubide, una de las numerosas sociedades populares donostiarras, centros en ocasiones exclusivamente masculinos que organizan cenas, tamborradas y actividades diversas. En la medianoche del 14 al 15 de agosto, el coro de Gaztelubide sale a la entrada de su sede para entonar el “Festara!”, canto de invitación a la fiesta.
7• El Paseo de los Curas
No desfallezca ante los empinados peldaños. Tras el tramo de escalones se encontrará en un encantador paseo entre árboles a la falda de Urgull, por el que antaño solían caminar algunos sacerdotes mientras leían sus breviarios. Un espléndido mirador sobre la ciudad, el puerto y la bahía, tranquilo durante todo el año, salvo durante los domingos de setiembre en que se disputan las regatas de traineras.

También puede subir por aquí al monte Urgull hasta el Castillo de la Mota.
E• Aquarium
El Palacio del Mar de la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa, entre el Puerto y el Paseo Nuevo, es cita ineludible para el visitante. El oceanario, una gran piscina con multitud de ejemplares que podemos observar desde el túnel acrílico que la atraviesa, un acuario táctil y nuevas especies se unen a otros elementos ya existentes en el Aquarium, como el esqueleto de una ballena capturada en la costa guipuzcoana el siglo pasado. Los tiburones Txuri y Urdin son los habitantes más populares del centro.

¿Es que va a irse sin visitar el Aquarium? ¡Cuidado con los tiburones!
Dé la vuelta al Paseo Nuevo, en sentido inverso al propuesto desde la plaza de Zuloaga.
8• El Museo Naval - Untzi Museoa
Se halla en el Puerto, en la antigua Lonja del Consulado, que agrupaba a comerciantes y marinos donostiarras. Entre en el Museo Naval. El joven centro de la Diputación Foral de Gipuzkoa propone una singladura a través de la relación entre los vascos y el mar.
9• El Puerto
Aunque la actividad deportiva se haya impuesto a la “arrantzale” o pesquera, el Puerto, conocido popularmente como el Muelle, nos recuerda la importancia del mar en el devenir de San Sebastián, desde los tiempos de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas. Mientras degusta unas “karrakelas” o unas “kiskillas”, busque el sencillo monumento a Mari, héroe local que murió mientras salvaba a las víctimas de un naufragio, deje mecer su vista por las embarcaciones fondeadas o fíjese en la pintoresca hilera de viviendas multicolores sobre soportales. Quizás sea el momento de comprar un “souvenir”.

Tome el barco turístico “Ciudad de San Sebastián”, que hace una travesía por la costa donostiarra, o bien las barcas azules que comunican con la coqueta isla de Santa Clara, situada en mitad de la bahía.
10• Calle Puerto
Tras pasar bajo la entrada de Portaletas, la calle transcurre bajo otros arcos, el de la calle Campanario que la corta, en cuya barandilla se leen las iniciales de San Sebastián, y, más allá, el de una de las entradas a la plaza de la Constitución.
11 • Calle Mayor
Fíjese en la perspectiva de este eje que cuenta con un templo en cada extremo: detrás, la Basílica de Santa María y, al fondo, la catedral del Buen Pastor. Eche un vistazo a la cartelera del Teatro Principal - Antzoki Zaharra, sala municipal que programa actuaciones teatrales, ciclos cinematográficos y acontecimientos como la Semana de Cine Fantástico y de Terror o asómese a los salones del Casino Kursaal.
F• El Ayuntamiento
Entre el Boulevard, la Parte Vieja, el Club Náutico y los jardines de Alderdi-Eder, la Casa Consistorial es una de las construcciones emblemáticas de Donostia. Fue inaugurada en 1887 como Gran Casino y por sus suntuosos salones se paseó la alta sociedad europea durante la “Belle Epoque” del cambio de siglo. Tras la prohibición del juego, el espléndido edificio acabaría reconvirtiéndose en sede del Ayuntamiento.