Itinerario Para abrir bien los ojos Para descubrir la otra Donostia
Para los que dispongan de mas tiempo Para los mas andarines

12• El Palacio Goikoa
Antiguo Gobierno Militar, el clasicista inmueble es utilizado para exposiciones y dependencias municipales.
13• El Real Club Náutico
Como si de un barco atracado se tratase, el edificio levantado en 1929 es un ejemplo singular de la arquitectura racionalista. El arquitecto José Manuel Aizpurua tenía 27 años cuando lo ideó junto con Joaquín Labayen.

Asómese al embarcadero del Club Naútico y déjese embriagar por la brisa de la bahía de La Concha.
G• Los jardines de Alderdi-Eder
Alderdi-Eder podría traducirse por “hermoso paraje”. Lo es. Dirija la mirada hacia la bahía o hacia la grandiosa fachada del Ayuntamiento, a cuyo pie forman cada 20 de enero los miles de niños participantes en la tamborrada infantil. Un carrusel de aire antiguo nos traslada a viejos tiempos. Desde aquí se disparan los estruendosos fuegos artificiales que iluminan la bahía las noches de Semana Grande. Esos peculiares árboles son tamarices, erróneamente llamados tamarindos. Una especie que forma parte del paisaje donostiarra, algo desgarbada pero muy resistente al clima costero. Acaso en este entorno cantaría el poeta Gabriel Celaya a “Esta ciudad abierta, puramente ideada. / Esta ciudad no dada, sencillamente humana. / Esta ciudad que siempre se quiso sin murallas / y que todo lo acepta, y es bella para nada”.
14• El Hotel de Londres
Su señorial fachada clara y su cúpula destacan en el inicio del Paseo de La Concha. Antes de llegar al hotel, la plaza de Cervantes recuerda al escritor con la reproducción de las figuras de Don Quijote y Sancho Panza existentes en la madrileña plaza de España.

Baje por la primera rampa, bordeada por dos llamativas farolas, a la playa de La Concha y dése un chapuzón o bien un relajante paseo por la orilla.
Haga un tonificante paseo siguiendo la línea de la bahía. En el Paseo de la Concha, que le permitirá asomarse a la playa apoyado en su característica barandilla blanca, se encontrará con diversas construcciones de los tiempos en que Donostia era ciudad-balneario: sus famosos Relojes, la primitiva Perla del Océano o la antigua Casa Real de Baños. Dése un gustazo y deje que el agua marina ponga a punto su cuerpo en las instalaciones de Termas La Perla, único centro de talasoterapia de la ciudad. Subiendo por el paseo de Miraconcha llegará hasta el palacio de Miramar, ordenado construir por la reina regente María Cristina en estilo inglés. Juan Carlos I, cuando era príncipe, estudió en él.
Ahora es sede de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco y de Eusko Ikaskuntza - Sociedad de Estudios Vascos. Dejando a un lado el barrio del Antiguo, pase a la playa de Ondarreta y continúe hasta el Peine del Viento.
La visión de las olas chocando contra el grupo escultórico de Eduardo Chillida nunca se olvida. Si todavía tiene ganas de movimiento, busque la estación del veterano funicular que sube a la cima del monte Igeldo, en la que se encuentra su entrañable parque de atracciones.
15• La Avenida de la Libertad
Centro de negocios y de entidades bancarias. Los donostiarras llamamos “la Avenida” a secas a esta vía que también ha recibido los nombres de avenida de España y de la Reina, pues por ella pasó entre un respetuoso silencio Isabel II cuando fue derrocada durante la revolución de 1868 y se dirigía desde la Concha hacia la Estación del Norte, rumbo a su exilio en Francia.
16• La calle Loiola
Esta vía peatonal que desemboca en la catedral del Buen Pastor está dedicada a San Ignacio de Loiola, fundador de la Compañía de Jesús.

Entre en el animado y aromático Mercado de San Martín y en su magnífica Galería Comercial.
H• La catedral del Buen Pastor
Su torre, de 75 metros de altura, es visible desde numerosos puntos de la ciudad. Como tantos otros edificios donostiarras, fue construido con piedras procedentes de las canteras de Igeldo. Le invitamos a rodear el centenario templo de estilo neogótico e inspiración germánica, recorriendo los agradables jardines de su plaza.

A mano derecha, en la calle San Bartolomé, puede tomar un autobús urbano de la línea 19 y trasladarse hasta el Palacio de Aiete. Allí pasaría los veranos la reina María Cristina hasta la construcción del palacio de Miramar. También Francisco Franco residiría temporalmente y celebraría Consejos de Ministros en este palacio rodeado por unos amplios jardines.
17• El centro Koldo Mitxelena y el edificio de Correos
Dos hermosas construcciones de carácter monumental cierran la parte trasera de la plaza del Buen Pastor. Se trata del actual centro cultural Koldo Mitxelena - KM kulturunea y de la sede de Correos.

Entrar en el KM kulturunea, centro cultural de la Diputación Foral de Gipuzkoa, para visitar sus exposiciones o buscar algún libro en su biblioteca.
18• La plaza de Bilbao
Un rincón para el disfrute del peatón. Por la calle Alfonso VIII llegará a esta plaza circular refrescada por una fuente y de la que parte por la izquierda el denominado “eje peatonal” que la comunica con el Boulevard a través de las calles Getaria, Churruca, plaza de Gipuzkoa y Elkano. Lo retomaremos en otro momento de este recorrido.

Atraviese ahora el eje peatonal hasta el Boulevard.
Tome a mano izquierda la calle Prim y recórrala. Construidas en las dos primeras décadas del siglo XX sus elegantes fachadas y portales esconden un sinfín de curiosos elementos ornamentales de inspiración modernista. Atención a los números 17 y 28. Si recorre la calle dedicada al general Prim hasta el final, puede dar la vuelta en el parque de Araba y regresar por el paseo del Arbol de Gernika, paralelo al río.
I• El puente de María Cristina
Seguramente, el más bello puente sobre el río Urumea sea esta construcción profusamente decorada que conecta con la Estación del Norte. Dragoncitos, motivos marinos, escudos (el de San Sebastián y el primitivo de Gipuzkoa) y los cuatro conjuntos escultóricos sobre templetes inspirados en los del puente de Alejandro III en París conforman un paso irrepetible. Crúcelo